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Del ring a la fiesta de los muertos: estos Pokémon están inspirados en México

Del ring a la fiesta de los muertos: estos Pokémon están inspirados en México

Pocas regiones en el mundo pueden presumir de una riqueza cultural como México. Tierra de civilizaciones antiguas, de creencias vivas y de tradiciones vibrantes, este país siempre ha inspirado a artistas, cineastas, autores — e incluso a diseñadores de videojuegos. El universo de Pokémon, conocido por nutrirse de los mitos y las culturas de todo el mundo, no es la excepción.

Desde sus inicios, la franquicia ha creado criaturas inspiradas en símbolos universales, pero también en motivos culturales muy específicos. A lo largo de las generaciones, algunos Pokémon claramente han bebido del imaginario mexicano: máscaras coloridas de luchadores, espíritus festivos del Día de los Muertos, cactus danzantes...

Hawlucha, encarnación Pokémon de la Lucha Libre

Hawlucha es una condensación visual y comportamental de la Lucha Libre, un fenómeno cultural profundamente arraigado en México desde principios del siglo XX. La Lucha Libre es un arte dramático y simbólico.
Cada luchador encarna un papel: el héroe enmascarado, el villano provocador, el trickster... Y son estos arquetipos los que Brutalibré recrea con destreza.

Su tipo Lucha / Volador refuerza esta dualidad: las llaves de lucha y los ataques aéreos recuerdan las acrobacias espectaculares de los luchadores. Su máscara no es un simple accesorio: en la cultura mexicana, la máscara de un luchador es sagrada, a menudo transmitida de generación en generación. Su pérdida, en una pelea especial (la Lucha de Apuestas), es vivida como una humillación.

Hawlucha integra todo esto en su ADN. Incluso en el anime Pokémon, suele presentarse como noble y teatral. Un guiño sutil a esta tradición donde el ring se convierte en un teatro de honor.

Skeledirge, fuego sagrado y espíritu de los antepasados

Skeledirge es el resultado de un trabajo de orfebrería en torno al simbolismo mexicano. Su apariencia ósea, combinada con llamas cantantes y una pequeña criatura espectral que lo acompaña, evoca las celebraciones del Día de los Muertos, una fiesta profundamente arraigada en las culturas prehispánicas.

El Día de los Muertos es un momento de reunión entre los vivos y los muertos. Las familias decoran altares con fotos, ofrendas y flores — en particular el cempasúchil, un clavel de la India de color naranja que se encuentra en la paleta de Skeledirge. Su canción que aviva la llama de la vida es una hermosa metáfora del recuerdo que mantiene vivos en el corazón a los que se han ido.

El Pokémon también evoca los alebrijes, estas esculturas imaginarias creadas por el artista Pedro Linares, llenas de motivos coloridos y animales fantásticos. Skeledirge es una síntesis de ellos: mitad músico, mitad espíritu, brillante y protector.

Maractus, cactus alegre al ritmo de los mariachis

Maractus podría parecer ligero a primera vista, pero su diseño es más elaborado de lo que parece. La música está omnipresente en las fiestas mexicanas, y el estilo mariachi es su expresión más conocida universalmente.
Nacido en Jalisco, este género musical se distingue por sus violines, trompetas y guitarras, pero sobre todo por su vínculo indisoluble con las celebraciones.

Maractus fusiona las maracas, instrumentos de percusión emblemáticos en la música popular de América Latina, con un cactus, planta inseparable de los paisajes áridos mexicanos.
En los juegos, este Pokémon utiliza ataques como Danza-Flor o Vibra Cura, y afirma su conexión con la música y el cuidado, símbolos de vida.

Es un Pokémon de la alegría, de la fiesta, pero también de la resistencia — porque al igual que los cactus, es capaz de sobrevivir en los entornos más hostiles.

Un folklore por descubrir, un semillero de futuras criaturas

Estos tres Pokémon demuestran la riqueza del vínculo entre la cultura local y el imaginario de los videojuegos. México aún está lleno de símbolos que Pokémon podría explorar. ¿Una criatura inspirada en Quetzalcoatl, el dios serpiente emplumada? ¿Un Pokémon basado en los Xoloitzcuintles, perros sagrados que supuestamente guían las almas en el más allá? ¿O una entidad basada en los guerreros jaguares aztecas?

El bestiarum mexicano, entre divinidades, animales totem y objetos rituales, podría fácilmente abastecer una futura región Pokémon dedicada enteramente a América Central. Una región ficticia que mezcle civilizaciones antiguas y folklore contemporáneo sería un campo de juego formidable, entre pirámides, mercados coloridos y espíritus ancestrales.

Entre líneas, estos Pokémon muestran cuánto el videojuego es también un espejo cultural. Para los más jóvenes, son divertidos, poderosos o lindos. Para los adultos, pueden ser puertas de entrada hacia otros mundos: el de la Lucha Libre, la cosmogonía mesoamericana, o el arte popular.
Y para quienes quieran prolongar la aventura, hay los libros de colorear. ¡Una forma lúdica de revisitar las tradiciones mexicanas... con un lápiz de color en mano.