Retrato de Gary Haase, el rey indiscutible de las cartas Pokémon

Gary Haase, más conocido como « King Pokémon », es una figura imprescindible del universo de las cartas coleccionables Pokémon. A la vez coleccionista, divulgador y guardián de un fragmento de la memoria colectiva de la franquicia, encarna la pasión en su forma más absoluta. Su colección, valorada en más de 10 millones de dólares, lo convierte en el poseedor del mayor tesoro Pokémon privado del mundo.
Más allá de las cifras y los récords, se descubre la historia de un hombre: la de un estadounidense común que se convirtió en leyenda gracias a su ojo agudo, su perseverancia y una pasión arraigada en su ser. El recorrido de Gary Haase ilumina un aspecto a menudo desconocido de la cultura Pokémon: el de los adultos apasionados, los coleccionistas obsesivos y los pioneros que vieron, antes que nadie, el potencial de este juego llegado de Japón.
De comienzos modestos al descubrimiento del fenómeno Pokémon
La infancia de un coleccionista nato
Mucho antes de los Pikachu holográficos y las subastas de seis cifras, Gary Haase ya era un apasionado de la colección. Nacido en Las Vegas, se fascinó desde joven por los objetos en serie: chapas de botellas de Coca-Cola, cómics y cartas coleccionables de series de televisión como La familia Addams o The Munsters. Su ojo para los objetos raros y su sentido de la conservación se manifestaron muy temprano, estableciendo las bases de una carrera de coleccionista mucho antes de tiempo.
Esta sed de reunir y preservar no simplemente es un pasatiempo: se convierte en un modo de vida. A Gary le gusta contar que nunca dejó realmente de coleccionar, pasando de un objeto a otro a lo largo de las décadas, en busca de piezas que cuenten una época, una historia o una pasión.
El encuentro con las cartas Pokémon
En 1998, mientras la franquicia Pokémon comenzaba a dar sus primeros pasos fuera de Japón, Gary Haase encontró cartas japonesas aún desconocidas para el público estadounidense. Persiguiendo el potencial cultural y económico del fenómeno, comenzó a importarlas directamente, incluso antes del lanzamiento oficial del juego de cartas en Estados Unidos. Esta elección audaz resultaría ser visionaria.
En ese momento, Gary atravesaba un período difícil en el plano personal: una enfermedad lo obligó a reducir sus actividades profesionales. En lugar de ceder al desánimo, se sumergió completamente en su nueva pasión. Las cartas Pokémon se convirtieron para él en una escapatoria y una oportunidad: un nuevo terreno de juego, pero también una fuente de ingresos potenciales en un mercado aún incipiente.
Una colección de todos los récords
Un valor incalculable
Hoy en día, la colección de Gary Haase es considerada la más valiosa del mundo en el ámbito de las cartas Pokémon. Según el Guinness World Records, su valor supera los 10 millones de dólares. Esta estimación no solo se debe a la rareza de las cartas que posee, sino también a su estado de conservación, su certificación y su historia. Gary no colecciona por volumen: busca la excelencia.
Su colección es tan vasta y valiosa que está repartida en tres unidades de almacenamiento seguras, situadas en tres estados diferentes de Estados Unidos. Esta elección logística no es casual: responde tanto a imperativos de seguridad como a una voluntad de diversificación. Cada almacén contiene una parte cuidadosamente organizada de lo que hoy constituye un verdadero archivo privado del TCG Pokémon.
Piezas míticas
Entre las joyas de esta colección excepcional se encuentran cartas legendarias, codiciadas por coleccionistas de todo el mundo. Una de las más famosas es, sin duda, la Blastoise Wizards of the Coast Presentation Galaxy Star Holographic, una carta única producida en 1998 para presentar el juego a Nintendo of America. Por sí sola, vale varios cientos de miles de dólares.
Pero este es solo un ejemplo de otros. Gary Haase posee varios ejemplares de las cartas más emblemáticas: cartas holográficas de la primera edición, versiones « shadowless » (sin sombra, más raras), e incluso cartas promocionales japonesas extremadamente limitadas. Cada pieza tiene una historia, y Gary la conoce a menudo al detalle. Su colección está viva, contada y documentada.
Un actor clave en el mercado de las cartas Pokémon
Profesionalización del hobby
A lo largo de los años, Gary Haase no se limita a amasar cartas: ha influido profundamente en la forma en que son percibidas, evaluadas e intercambiadas. Fue uno de los primeros coleccionistas en defender la necesidad de la gradación — un proceso de evaluación del estado de las cartas por parte de empresas especializadas como PSA (Professional Sports Authenticator). Este enfoque ha contribuido a estructurar el mercado, proporcionando puntos de referencia claros a los coleccionistas y tranquilizando a los inversores.
A través de su compromiso, Gary ha ayudado a transformar el juego de cartas Pokémon de un simple pasatiempo infantil a un mercado de nicho reconocido, con sus propias reglas, sus expertos y sus códigos. Su voz ha influido en la evolución de este hobby, que ha devenido en un verdadero sector económico, donde la confianza en la autenticidad y la calidad es primordial.
Presencia mediática y celebridad
Esta influencia va más allá de los círculos de coleccionistas. Gracias a sus apariciones en programas de gran audiencia como Pawn Stars, Gary Haase se ha convertido en una figura mediática, y encarna para el público general la extravagancia y la pasión de los coleccionistas de cartas Pokémon. También ha establecido vínculos con celebridades como Logan Paul y Steve Aoki, a quienes ha vendido algunas de sus cartas más raras, incluida una carta vendida por 150,000 dólares a Paul en 2020, un evento ampliamente difundido en los medios.
Lejos de pasarse por alto, Gary ha utilizado esta visibilidad para valorar la cultura del coleccionismo, defender su seriedad y sensibilizar al público general sobre las sutilezas del mercado. Su notoriedad ha contribuido a fortalecer la imagen de las cartas Pokémon como objetos de colección por derecho propio, dignos de ser expuestos, estudiados y conservados.
Una filosofía de apasionado, no de especulador
Un apego sincero a su colección
A pesar de las ofertas asombrosas que ha recibido a lo largo de los años, Gary Haase siempre se ha negado a vender toda su colección. Para él, estas cartas están cargadas de recuerdos, emociones y años de trabajo. Ha afirmado en numerosas ocasiones que nunca cedería la totalidad de su colección, incluso ante propuestas de varios millones de dólares. Esta elección, contracorriente con la especulación desenfrenada que a veces rodea el mercado, demuestra la sinceridad de su enfoque.
Su enfoque es resueltamente sentimental: cada carta que conserva es un capítulo de su propia historia, una huella de su recorrido vital. Esta negativa a vender es también un acto militante, en el que la pasión prevalece sobre la rentabilidad. En ello, Gary encarna una visión noble y desinteresada del coleccionismo.
Transmisión y compartición
Fiel a este espíritu, Gary Haase se involucra activamente en la transmisión de su conocimiento. Regularmente comparte sus reflexiones, anécdotas y consejos en su canal de YouTube y en convenciones especializadas en Estados Unidos. Su objetivo es animar a las nuevas generaciones a coleccionar con corazón y discernimiento.
Se dirige tanto a niños como a coleccionistas experimentados, promoviendo la paciencia, el conocimiento y el respeto por el pasatiempo. Su aura supera ampliamente el marco de su colección: Gary se ha convertido en una referencia, un guía, y para muchos, un modelo de lo que el mundo de las cartas Pokémon puede producir de más admirable.
Gary Haase es, de hecho, uno de los más fervientes embajadores del juego de cartas coleccionables (TCG) Pokémon. A través de su recorrido, ha contribuido a transformar un juego infantil en un ámbito valioso, estructurado y reconocido. Ha sabido convertir su pasión en un pilar de vida, sin sacrificar nunca sus valores por la especulación. Hoy en día, a sus más de 70 años, King Pokémon continúa compartiendo su visión del coleccionismo con entusiasmo y benevolencia. Su legado trasciende las vitrinas llenas de cartas raras: se refleja en el asombro que suscita, en las vocaciones que inspira y en la comunidad mundial que ayuda a hacer crecer. ¡Un rey, no por estatus, sino por devoción!
